"La violencia engendra violencia, como se sabe; pero también engendra ganancias para la industria de la violencia, que la vende como espectáculo y la convierte en objeto de consumo."
Eduardo Galeano.
Aproximadamente al principio del siglo I de nuestra era, existían dos escuelas de enseñanza, dirigidas por dos sabios de renombre: Hilel y Shamai.
Cada escuela se dedicaba al estudio de la Torá y los alumnos eran el gran potencial de la misma.
El gran problema que había entre ambas escuelas era que los alumnos no se llevaban bien entre sí, y a cada oportunidad que se presentaba hacían todo lo posible por desprestigiar a la otra escuela.
Un día los alumnos de Shamal pensaron que la mejor manera de desacreditar a los de la otra escuela era humillar a Hilel el sabio e idearon una estratagema. Pensaron en cazar una mariposa y llevarla viva en la mano de uno de ellos y al llegar a la casa del sabio preguntarle:
-Maestro Hilel, esta mariposa que tengo en mis manos, ¿está viva o muerta?
Si Hilel respondía que estaba viva, entonces apretarían el puño y le demostrarían que estaba muerta. Si la respuesta era que la mariposa estaba muerta abrirían el puño y la dejarían escapar, demostrando así que estaba viva. El plan era infalible, y decidieron llevarlo a cabo.
Cazaron la mariposa y uno de los alumnos de Shamal la tomó en sus manos, se acercaron a la casa de Hilel golpearon a su puerta y el sabio les preguntó:
-¿Que les trae por aquí?
Los alumnos respondieron:
-Queremos saber cuán sabio eres.
Hilel les dijo:
-¿Y cómo lo comprobarán?
-Le haremos una pregunta.
-Adelante.
-Esta mariposa que tengo en mis manos, ¿está viva o muerta?
Hilel les miró despacio y respondió:
-La decisión está en tus manos...